Del otro lado del corredor, en la celda de enfrente, estaba encerrado Bonifacio, el siciliano que había matado a su novia y a los dos agentes que fueron a arrestarlo.
Sin embargo, durante los discursos una bomba estalló contra los policias, matando a seis agentes e hiriendo a más de sesenta, situación que desató nuevamente una pelea entre policías y manifestantes.
Hari-Bo les contó a los agentes que la fiesta había ido perfectamente hasta que a medianoche el señor Halls se puso a discutir con su mujer delante de todos alzando la voz.