En declaraciones a la prensa desde Bagdad tras un encuentro con el primer ministro iraquí, Nouri Kamel Al-Maliki, Ban Ki-moon condenó en los términos más enérgicos los atentados más recientes.
El pasado 28 de junio, un inmigrante iraquí quemó un Corán frente a una mezquita en Estocolmo, en Suecia, en el mismo día en el que se celebraba la Fiesta del Sacrificio, una de las festividades religiosas musulmanas más importantes.