Las Fuerzas Populares de Defensa reciben órdenes del ejército y atacan aldeas bajo el mando directo de un oficial del ejército con rango de capitán o teniente.
Un tribunal militar degradó a teniente a un capitán y dejó en suspenso durante un año el ascenso de un teniente “por no haber evaluado adecuadamente el carácter delicado de las operaciones militares”.