Hoy en día el documento todavía permanece allí dentro. En su críptico texto hay referencias a un antiguo portal y a una desconocida ubicación subterránea.
Pero mi historia viaja más atrás, donde aún se conservan los restos de mis murallas musulmana y cristiana, levantadas en torno a un alcázar que hoy es el impresionante Palacio Real.
De aquel lugar, sin embargo, nos espantó una vecina: en el edificio de al lado residía una de las mejores modistas de la ciudad, una costurera de cierta edad y sólido prestigio.