En el recogimiento pacífico y rendido de los crepúsculos del pueblo, ¡qué poesía cobra la adivinación de lo lejano, el confuso recuerdo de lo apenas conocido!
Amanecimos con convocatorias de minutos de silencio en los Ayuntamientos de España; un silencio atronador que transmitió mucho más de lo que ninguna persona hubiese podido decir en momentos tan terribles.