Con todo esto, me contento de ver que mi Teresa correspondió a ser quien es, enviando las bellotas a la Duquesa; que a no habérselas enviado, quedando yo pesaroso, se mostrara ella desagradecida.
¡Oh hideputa bellaco, y cómo sois desagradecido: que os veis levantado del polvo de la tierra a ser señor de titulo, y correspondéis a tan buena obra con decir mal de quien os la hizo!
Entre los pecados mayores que los hombres cometen, aunque algunos dicen que es la soberbia, yo digo que es el desagradecimiento, ateniéndome a lo que suele decirse: que de los desagradecidos está lleno el infierno.