El número de romaníes es difícil de determinar porque muchos de ellos todavía viven una vida nómada, pese a estar muchos integrados en comunidades de la mayoría.
Pero la brisa del este contribuía ahora a la resistencia del bote y el viejo navegaba suavemente con el leve oleaje y el escozor del sedal en la espalda le era leve y llevadero.
Las muchachas habían descubierto que si se empujaba el bote fuera de su amarradero, derivaba con la corriente bajo el puente y finalmente encallaba contra otro promontorio, sobre una curva de la laguna.