África no puede dejar que los avances científicos y tecnológicos orientados al desarrollo queden exclusivamente en manos de las naciones industrializadas.
La Organización para la Prohibición de las Armas Químicas inspecciona periódicamente las existencias de armas químicas antiguas almacenadas en el Laboratorio de Porton Down.
Las naciones de África científica y tecnológicamente más avanzadas, como Sudáfrica, Egipto y Nigeria, entre otras, pueden también desempeñar una función valiosa en ese sentido.
Ese Programa tiene como objetivo mejorar las bases científicas y tecnológicas de la ordenación racional de los recursos hídricos, incluida la protección del medio ambiente.
Urge, por tanto, crear un nuevo orden mundial de la información y las comunicaciones que permita superar la creciente distancia tecnológica entre países ricos y pobres.
Es el potencial ilimitado de las personas creativas el que creará tecnologías inimaginables que detendrá el cambio climático para reequilibrar el ecosistema.