Todo nombramiento se seguirá rigiendo, sin embargo, por cualesquiera condiciones especiales que se estipulen en la correspondiente carta de nombramiento.
Nuestras principales decisiones seguirán proporcionando orientación indispensable para el enjuiciamiento justo y eficaz de quienes cometen atrocidades en tiempo de guerra.
Como cuestión de principio debería reconocerse así y hay una práctica de los Estados relativamente abundante que favorece el principio de la supervivencia.
Aunque no todas las fuentes coinciden, cabe recomendar que se reconozca que los tratados normativos pertenecen a una categoría que sobrevive al conflicto armado.
La tarea concreta que tenemos por delante es garantizar que sigamos encontrando formas más eficaces de aprovechar nuestros esfuerzos para fortalecer una cultura de paz.
Esos casos de disposiciones expresas son fáciles, porque la intención de las partes de que el tratado continúe en vigor durante el conflicto armado está clara.
La ley marcial continuaba, en previsión de que fuera necesario aplicar medidas de emergencia para la calamidad pública del aguacero interminable, pero la tropa estaba acuartelada.