En Uganda, aparte de las causas habituales de los conflictos, venimos librando una lucha contra un grupo rebelde fanático y satánico, autotitulado Ejército de Resistencia del Señor.
El consenso debería promoverse mediante consultas y el acuerdo entre todos los Estados, no sólo entre un grupo de países que se han elegido a sí mismos, aun cuando las intenciones sean buenas.
Tiene que seguir recorriendo su camino, sin encerrarse en sí misma como en otras épocas del pasado y levantando la mirada para no perder el paso ante los grandes cambios sociales, científicos y educativos que señalan el futuro.