En otros casos, los que ni siquiera fingen respetarla —como los grupos armados y los terroristas— pueden vulnerarla a causa de la debilidad de nuestras instituciones de mantenimiento de la paz y nuestros mecanismos de aplicación.
Esta inversión moral es peligrosa: los rasgos de fuerza y poder, los de ese hombre ennoblecido, ahora son condenados; y los rasgos ordinarios y de modestia, los que debilitan al hombre, se alaban.