Pensaba que si Gilbert la hubiera acompañado alguna vez hasta su casa desde el tren podrían haber mantenido conversaciones interesantes sobre el nuevo mundo que se presentaba ante sus ojos.
Salvó su vida cuando se desbocó el caballo del carruaje que la llevaba y ella se desmayó en sus brazos mientras la conducía a casa, porque, sabrás, el carruaje se hizo pedazos.