Aureliano descansó con la comprobación del presagio. Volvió a concentrarse en su trabaja, como si nada hubiera pasado, y su voz adquirió una repasada firmeza.
Hay muchos adultos que se quejan de que los jóvenes de hoy están todo el día pegados al ordenador o a su móvil. ¿Estás de acuerdo? ¿Puedes poner algún ejemplo?
Mi decisión era firme como un poste: no habría boda ni oposiciones, no iba a aprender a teclear sobre la mesa camilla y nunca compartiría con Ignacio hijos, cama ni alegrías.
Hallaron a Mary, como de costumbre, enfrascada en el estudio profundo de la naturaleza humana; tenían que admirar sus nuevos resúmenes y escuchar las observaciones que había hecho recientemente sobre una moral muy poco convincente.
Volvió a Entre Ríos; no alzó la mano a ningún hombre, no marcóa nadie, no buscó fama de valiente, pero en los campos del Ñancay se hizo duro, lidiando con el monte y la hacienda chúcara.