Cumpliendo su voluntad, la enterraron junto a la tumba de su padre, lord Byron, en la iglesia de Santa María Magdalena de Hucknall, en Nottinghamshire.
Ponen velas, que sirven para iluminar el camino de las almas que están regresando, también son típicas las flores cempasúchil y se esparcen sobre las lápidas incluso por los caminos para que los muertos sepan por dónde ir.
Entonces mandó a hacer una lápida de anarquista, sin nombre ni fechas, y empezó a dormir sin pasar los cerrojos de la puerta para que el Noi pudiera salir con la noticia si ella muriera durante el sueño.