Ernesto desarrolla una personalidad anal-retentiva: se convierte en un adulto demasiado controlador y tacaño, disgustado por su propio cuerpo y con tendencia a obedecer a la autoridad.
Recuerdo también que doña Feli tenía fama de ser muy tacaña, si te faltaban dos pesetas te decía: " bueno, te vendo el boli, pero mañana me tienes que traer las dos pesetas, porque dos pesetas son dos pesetas" .