Cayetano no le dio pie para hablar de su desgracia o condolerse de su estado. Le agradeció el colirio que, en efecto, le había borrado de la retina la imagen del eclipse.
Pero Delaura parecía presa de un dolor mortal. Agradeció la tarde, la ayuda médica, el colirio, pero lo único que concedió fue la promesa de volver otro día con más tiempo.
Pese a que los turistas llegaban a algunas ciudades en busca del exotismo o de aguas medicinales a principios del siglo XX, el turismo todavía no era importante en este país.