Tuve paciencia, encogí los hombros, sufrí la tanda y mosqueo, y salí a cumplir mi destierro, con tanta priesa, que no tuve lugar de buscar cabalgaduras.
Ese caballo liberal es un símbolo de la autoridad del patrón y por eso lo codicia el muchacho, que llega también a desear, con deseo rencoroso, a la mujer de pelo resplandeciente.
Todos tomaron sus mejores ropas con telas brillantes y finas joyas para emprender emocionados un gran viaje, siguiendo aquella reluciente estrella, acompañados de sus animales, un caballo, un dromedario y un elefante.
Es muy importante que la noche del 5 de enero, los niños y niñas dejen sus zapatos junto al árbol de Navidad y un poco de agua para calmar la sed de los animalitos que los acompañen.