2.Debemos explicar la desagradable verdad a nuestros pares: que con el dinero con el que se adquiere otra dosis de estupefacientes, que asciende a cientos de miles de millones de dólares en todo el mundo, los terroristas no edifican refugios para niños sin hogar, ni hospitales o casas de culto; utilizan ese dinero para sus viles y morbosos objetivos.