Habían sorteado juntos las incomprensiones cotidianas, los odios instantáneos, las porquerías recíprocas y los fabulosos relámpagos de gloria de la complicidad conyugal.
Unidos debemos enfrentar a nuestros enemigos, la rabia, el resentimiento, el odio, el extremismo, la falta de ley, la violencia, la enfermedad, el desempleo, la desesperanza.