5.Pero al verla otra vez, a veinte metros de mí, mirándome, sentí que en mi alma, dormida en paz, surgía sangrando la desolación de haberla perdido, como si no hubiera pasado un solo día de esos diez años.
6.Me da miedo que mucha gente pase sus días de gloria centrándose en un único objetivo y perdiendo el tiempo con banalidades y que cuando llegue a los 50, 60, 70, 80 años se dé cuenta de que ha perdido el tiempo.